¿Cuál es tu horizonte?

¿Cuál es tu horizonte?
Entre el cielo y la tierra estás tú, Dios y tus herman@s

lunes, 17 de abril de 2023

ACTIVIDAD CLASE miércoles 19 abril:

Tras el vídeo previo sobre la filosofía de S. Kierkegaard de F. Savater que se puso en clase: 

https://www.youtube.com/watch?v=52WFeAUTa9A

Y la lectura comprensiva que hicimos en casa de

 EL ELOGIO DE ABRAHAM QUE HACE S. KIERKEGAARD EN TEMOR Y TEMBLOR

*Tarea para escribir aquí en el blog: Comenta de forma libre qué te parece el contenido de su escrito a partir de lo que él dice (y lo que se conoce de su pensamiento:) en Temor y temblor y lo que tú entiendes de la lectura bíblica (Gn 22)

3 comentarios:

Rosa M. Mingorance dijo...

Es necesario que exista un Dios, unificador de todas las cosas y motor de todo. Sin este Dios todo sería caos y sinsentido que lleva a la desesperación, inundaría nuestro vivir. Nuestra sociedad atea ¿está así?.
De que forma tan bonita expresa Kierkegaard este amor, este gran amor que tenemos con Dios, y que en Abraham, el primer testimonio de este Amor, nos dejó en herencia. Sabemos que nuestra fe en ese Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente, no se puede comparar a la fe de Abraham. Sin embargo, nuestra meta como creyentes debemos fijar.
Espero que Dios nunca me ponga una prueba tan grande para medir mi fe, no sé cuál sería mi respuesta, espero que sea firme y no me tiemble ni la voz ni el pulso.
Creo que este relato es de actualidad en la comunidad eclesial. El teólogo y filosofo danés nos lleva de la mano a comparar nuestra fe con la de Abraham.

Unknown dijo...

Miguel Ángel Gómez
La conciencia , siendo aquello por lo que el hombre llega a poder razonar , según este formada. La persona , como el sujeto amante , es amante , pues esta compuesta en su razón por el amor , siendo este parte de la esencia del amado. El amante se admira del amado , y este inyecta su forma de ser , su rasgos , sus caracteres etc , por la gran pasión con la que el amante se admira de él , por tanto el mundo esta impregnado de amor , pero por naturaleza el hombre rechaza tal regalo.
Somos propuesta de este amor , Dios da pero a la vez no nos deja siendo autómatas de su reflejo.
Encontrando de tal forma obstáculos , que en principio contradicen la propuesta de amor , pero tal obstáculo es camino para ser llevados a una cercanía y amor mas grande con Dios , por tanto nos regala también el sentimiento del vértigo , por causa de confiar ciegamente en algo que no comprendemos , encontrando en ello un amor más grande , tras sufrir conflictos internos y sufrimiento , podremos ver al Señor , notarlo más cercano y conociendonos más aún , somos hijos suyos y como hijos nos da la libertad y en ella conocemos un auténtico amor.

Reflexión personal: Tras ser consciente de mis pecados , pues ahora tengo mejor perspectiva de ellos , y a veces de volver a caer en los mismos , soy consciente de que he hecho daño , de que voy muchas veces en contra del Señor , que seguro que le he hecho sufrir con mis actos, que me he alejado de él , olvidándolo tantas veces que no soy consciente de ellas , y el amor pude verlo tras el sufrimiento , no era sufrimiento como tal , sino una explosión de dolor por dentro , pero que él me controlo , pues cada vez que yo volvía a la capilla a la oración con él nunca me sentí abandonado , es decir , él estaba sentado , mirándome y esperando . Al igual que le sucedería a Abraham en su experiencia interna , llegando a ser más real al ver al cordero que el Señor le entregó.

Nacho Anting dijo...

El comienzo del relato es lo que me ha llamado especialmente la atención, nos encontramos con un claro mensaje, “no hay fuerza más grande que la fe” “pero quien creyó en Dios fue el más grande de todos.”.

Nos encontramos con la fe, como una fuerza que mueve, no solo sostiene ni destruye, sino que pone en camino incluso hacia lugares desconocidos “Por la fe abandonó Abraham el país de sus antepasados y fue ex­tranjero en la tierra que le había sido indicada. Dejaba algo tras él y también se llevaba algo consigo: tras él dejaba su razón, consigo se llevaba su fe; si no hubiera procedido así nunca habría partido, porque habría pensado que todo aquello era absurdo”. Con respecto a lo absurdo de la vida, me quedo con una cita de “El Hermano de Asís” de Ignacio Larrañaga, que describe a un San Francisco que se desnudaba en la plaza del pueblo y entregaba sus últimas pertenencias a su padre mientras la gente se emocionaba con su gesto de valentía, a lo que Ignacio añade: “la fe convierte lo absurdo en extraordinario”. La fe mueve, porque transforma.

La fuerza de la fe es mismamente reflejada en la figura de Abraham hasta la radicalidad, tomándome este pasaje con un sentido alegórico desde el punto de vista de la fuerza de la fe. El paso de Dios por la vida de Abraham lo transforma tanto que incluso se dispone a realizar lo último que llegaría hacer en su vida, matar a su hijo.